Categoría: Leyendas
Un alcázar para Almanzor, una prisión
para Gonzalo Gustioz, padre de los siete infantes de Lara, cuyas
cabezas colgaron de los arcos de uno de los callejones más bellos de
Córdoba, y finalmente, una sinagoga, cuyo dueño fue ajusticiado por
la Inquisición, demasiada concentración de sucesos dramáticos como para no visitar el lugar preguntando si se notaban sucesos paranormales.
Son sólo algunas de las leyendas
asociadas a la Casa de las Cabezas de Córdoba, un inmueble situado
en plena judería y que ha dado pie a numerosas historias, muchas de
ellas de la más truculenta naturaleza, convertidas hoy en
información turística después de que la vivienda haya sido
remodelada como museo privado.
El propietario de la casa durante la
época medieval, Juan de Córdoba, un rico mercader, fue acusado y
quemado en la hoguera por la Inquisición junto con más de 150
personas por haber convertido la vivienda en una sinagoga y en un
lugar de reunión de la comunidad judeoconversa, tras haber hallado miembros inquisidores en el sótano de la misma lo que
puede ser una bañera ritual judía ("miqve"), que aun continua ahi, y es un símbolo
que está en todos los templos judíos y cumple todos sus
requisitos, especialmente que a ella llegue agua pura y corriente.
Este se trataría de una pieza, concebida
básicamente para purificar a las mujeres después de su primera
regla y es uno de los pocos que se han conservado en Europa
Gustioz Gonzalez, Conde de Lara, tenia 7
hijos. Un sobrino del Conde, Ruy
Velazquez, los invito a todos a su boda que se celebraria en Burgos.
Hacia alli partiron Don Gustioz, sus hijos, criados, halconeros y
soldados, todos formando una gran
comitiva.
La novia, Doña Lambra, presidio un torneo que se celebro pocos dias antes de la boda. Ella queria que ganase su primo Alvar, pero no fue asi, tuvo que proclamar vencedor de la pelea al menor de los Lara. Ahi nacio su odio hacia los infantes que logro transmitir a su esposo Ruy.
Ruy, urgio a Don Gustioz a marchar a
Cordoba en secreto para entregar unos importantes documentos muy
reservados de la corte de Castilla al moro Almanzor.
El Conde,
deseando cumplir con presteza su mision, a los 7 dias ya estaba en
Córdoba y ante Almanzor, cuando este termino de leer los documentos
estalla en ira, Don Gustioz le había presentado su propia sentencia
de muerte.
Almanzor hubiera querido liberarle de la traición, pero
no podía, así que lo encerró en la ultima torre del Alcázar mientras
esperaba noticias de Castilla.
Mientras estaba prisionero, sin poderse comunicar con sus hijos para que tomasen vengaza, el noble se lamentaba y maldecía la infamia de Ruy Velazquez.
En Burgos Ruy achacaba a Almanzor lo sucedido y les prometía que lo buscaría donde estuviese.
Tal era su fingimiento, que puso en marcha a miles de infantes y jinetes, al frente de los cuales se puso el mismo con los 7 de Lara.
Ya en la sierra de Córdoba, con el pretexto de reunir
mas gente en Castilla, dejo a los 7 infantes de Lara encargados de la
defensa del castillo.
Apenas dejo a los Lara, mando aviso a Almanzor, acusándolos de invadir su castillo. El general árabe mando inmediatamente un gran ejercito contra ellos, la lucha fue cruel durante tres dias, tres de los hermanos murieron durante la pelea, y los otros cuatro fueron hechos prisioneros. A todos, vivos y muertos les cortaron la cabeza llevándolas clavadas en picas hasta Córdoba.
Desde su prisión Don Gustioz oía los gritos de los moros celebrando por las calles su gran victoria.
Desde lo alto de la
torre, le dejaron al noble ver la celebración. Y vio Don Gustioz a
sus generales vencidos y su bandera cautiva, Y al paso de la
comitiva, ve con horror que las cabezas que llevan en las picas, haciéndole presentarse ante Almanzor, le muestran con escarnio las cabezas de sus 7 hijos.
Tras colgar las cabezas en los arcos de un callejón paralelo a la casa, dejándolas ahí como trofeo,
Almanzor, compadecido
del gran dolor que Don Gustioz estaba sufriendo, y sabiendo que había sido
traicionado, lo libero y lo dejo marchar a Castilla, donde
se caso con una hermana de Almanzor y tuvieron un hijo llamado
Mudarra.
Fue este un gran caballero que vengo a su padre dando muerte
a Ruy Velazquez y a su esposa Doña Alambra.
La Casa de las Cabezas de Córdoba, un
inmueble situado en plena judería y convertida hoy en turística
después de que la vivienda haya sido remodelada como museo privado.
Si bien es cierto que este museo se ha creado con el fin de dar a conocer este singular edificio con su leyenda y modo de vida de una familia media en esa época, evitando en todo momento ser tratado como un punto negro en la tipoligia de lo paranormal, no deja de llamar la atención en si tras saber todos los casos de muertes trágicas que en el acaecieron, y sea por morbo o pasión, siempre atraerá las visitas de los que van a imaginar las cabezas de los 7 infantes colgadas en los arcos, o a los judíos ardiendo en el patio.
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